¿Ha soñado alguna vez con aprovechar una política de trabajo a distancia para explorar nuevos horizontes y sumergirse en una cultura diferente? Para mí, ese sueño se hizo realidad cuando tuve la oportunidad de trabajar en el extranjero, en la encantadora ciudad de Nápoles (Italia).
Nápoles se convirtió en mi hogar temporal durante siete semanas. El trabajo en sí se mantuvo constante, pero fue el cambio de entorno lo que hizo que esta experiencia fuera realmente excepcional.
Participar en la Red Internacional Napoli
Mi decisión de elegir Nápoles vino por mi deseo de unirme a la Red Internacional de Nápoles, una organización dedicada a coordinar distintas asociaciones y a colocar voluntarios en función de sus intereses y aptitudes. Esto me llevó a vivir una serie de experiencias extraordinarias durante mi estancia en el extranjero.
Los lunes y jueves tuve el privilegio de entrenar a niños de 8 a 12 años en gimnasia artística. Los martes y miércoles los dedicaba a un programa extraescolar en una escuela local, donde organizaba actividades de manualidades para los niños más pequeños y compartía mis conocimientos de fotografía. El otro proyecto fue trabajar con otros voluntarios para crear un club de fútbol para inmigrantes. Fue una experiencia muy enriquecedora – no dude en seguir la página: SC Ponti Rossi 🙂
Lo mejor de trabajar desde Nápoles
Los fines de semana me dedicaba a explorar la belleza de Nápoles y de toda Italia. Explorar las islas, los pueblos cercanos, Roma… ¡fue una experiencia fantástica llena de descubrimientos! Y, en mi afán por adoptar plenamente la cultura italiana, incluso empecé a tomar clases de italiano, aunque debo admitir que aún me queda mucho trabajo por hacer.
Experiencia general
Reflexionando sobre mi estancia en Nápoles, puedo decir con seguridad que fue una experiencia enriquecedora e inolvidable. La comida, en particular, fue lo más destacado, con pizzas y platos de pasta por todos los rincones de la ciudad. Nápoles en sí es un lugar animado, pero fue la oportunidad de aventurarse más allá de sus fronteras lo que hizo que esta aventura fuera realmente especial. Pude visitar las islas (Procida, Ischia), la Costa Amalfitana, Pompeya, el campo y terminar con una estancia en la magnífica ciudad de Roma.
Recomendaciones para su aventura en Nápoles
Para quienes estén pensando en realizar un viaje similar, tengo algunas recomendaciones para que su experiencia sea aún más extraordinaria:
- La Costa Amalfitana: Este pintoresco destino es de visita obligada. En octubre está menos concurrida, lo que permite sumergirse de lleno en su belleza.
- Procida: Esta isla menos conocida es el epítome de la autenticidad, un lugar donde el turismo de masas aún no ha hecho mella. Es una joya que espera ser descubierta en un solo día.
- Pizza napolitana: En Nápoles no puede faltar la pizza. Visite Imperiatore 1906 para disfrutar de la mejor pizza de la ciudad.
- Trattoria de Nennella: Experimenta un ambiente encantador y superdivertido donde los camareros cantan y crean el ambiente para pasarlo en grande.
- Palazzio Veneza: Si busca un jardín tranquilo para disfrutar de una copa, este lugar es un oasis escondido.
- Antica Pizza Fritta: El lugar perfecto para degustar pizzas fritas en la calle.
¿Lo volvería a hacer?
La pregunta que suele surgir tras una aventura de este tipo es si volvería a hacerlo. Mi respuesta es un sí.
Me encantaría volver a irme unas semanas al extranjero, ¡es una oportunidad increíble!
Trabajar a distancia desde otro país ofrece una combinación única de crecimiento profesional e inmersión cultural. Nápoles, con su ambiente vibrante, su deliciosa cocina y sus atracciones cercanas, resultó ser un destino inolvidable.
En cuanto a mi próximo destino, aún no estoy seguro de adónde iría, pero ¿por qué no Asia la próxima vez? 🙂
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